A modo de introducción

Este blog está creado como proyecto de la asignatura “animación a la lectura”. Es un trabajo de la facultad de educación de Málaga.

3 de febrero de 2011

Sputnik, mi amor

El otro día leyendo un nuevo libro que he empezado encontré un fragmento y pensé directamente en el blog. No hace falta que lo explique, habla por si solo:


“Por eso, aún hoy, quedan en China muchas puertas maravillosas. ¿Sabes cómo construían las puertas los chinos en la antigüedad?

- Ni idea –dijo Sumire.

- La gente se dirigía a los antiguos campos de batalla tirando de caretas, y allí recogía todos los huesos desparramados o enterrados que podía encontrar. Al ser un país de tan larga historia, no faltaban campos de batalla. Luego construían una enorme puerta a la entrada de la ciudad incrustando todos los huesos. Esperaban que, honrando de ese modo sus almas, los guerreros muertos protegieran la ciudad. Pero ¿sabes?, no bastaba con eso. Cuando la puerta estaba terminada, llevaban hasta allá unos cuantos perros vivos y, con una daga, los degollaban. Después regaban la puerta con la sangre aún caliente de los perros. De esa forma, los huesos resecos se empapaban de sangre fresca y las viejas almas adquirían un poder mágico. Al menos eso es lo que creían. –Sumire aguardaba en silencio a que prosiguiera-. Escribir una novela es algo parecido. Por más huesos que reúnas, por magnífica que sea la puerta que construyas, sólo con eso no tendrás una novela viva. Una historia, en algún sentido, no es algo de este mundo. Una verdadera historia requiere un bautismo mágico que conecte este mundo con el otro.“

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